Disciplinado combatiente
Soy güirilero nicaragüense, arriesgo mi vida entre montañas de cuajada y mantequilla en busca de chorreadas. Es un oficio placentero el hincar diente, relajado, con tazas de café seleccionado en esos cafetales neblinosos donde el glacial rocío acaricia los maduritos granos.
Experto zapador en la cocina, detecto las güirilas recién hechas, como gato veloz me acomodo y francotirador nato me llevo dos o más a mi covacha, feliz me acomodo, las contemplo en el plato y saz las embadurno con la crema, le pongo cuajadita y digo allá, mejor ni me molesten, estoy en mi ritual. Bebo el café.
Satisfecho por la larga jornada me voy por la enramada y en mi charco cuento miles de historias, cumplida la misión.
Byron
Mt 12 dic 2013
9:01 a.m.