Bajando escalones
Estamos casi a cuatro meses del inicio del estallido social en
Nicaragua; el 18 de abril inició la revuelta; no se sabe aún a ciencia cierta
el número de muertos, heridos y daños ocasionados al patrimonio público y
privado. Se han esmerado en inflar datos los opositores para agigantar su supuesto
poder y representación popular a cualquier costo. Se les ha venido desinflando
el muñeco, resulta que son pequeños grupos dispersos y contradictorios sin un
plan de acción para el futuro, el imperio gringo los dirige y algunos cuantos
ingenuos les creyeron. Ya van aterrizando.
La iglesia católica se desprestigió como mediadora al tomar
partido por los opositores, ni ellos mismos, curas, se creen las jugadas, están
en contradicciones internas, solapados, amparados por el secretismo maquiavélico
que les caracteriza. Sotanas satanas predican demoníacos cielos espectrales.
La economía se ha resentido bastante y por años sentiremos sus efectos,
aunque actuemos bien, el daño ya se hizo, se descendió hacia la pobreza por
nuestras torpezas. Baja el bruto producto interno bruto.
Los empresarios andan muy preocupados pues por obedecer la señal
imperial recibida se metieron a un cañal de incertidumbres que les dañó la hermosa
huaca que tenían y sus capitales se han visto menguados y a eso si le temen. Están
en un tremendo atolladero.
El gobierno se
defiende con decoro y estratégicamente ha logrado derrotar al golpe blando.
El pueblo dividido en tres bandos: los pro gobierno, anti gobierno y los indiferentes, no se sabe que porcentajes han variado en cada uno pues los datos se manejan antojadizamente para aparentar que son más grandes de lo que se ve en las marchas y contra marchas que febrilmente se programan. Lucha por las calles.
El pueblo dividido en tres bandos: los pro gobierno, anti gobierno y los indiferentes, no se sabe que porcentajes han variado en cada uno pues los datos se manejan antojadizamente para aparentar que son más grandes de lo que se ve en las marchas y contra marchas que febrilmente se programan. Lucha por las calles.
En este panorama incierto podemos descender más en la escala
civilizatoria, si no rectificamos llegaremos a la barbarie, comernos les unes a
les otres, canibalismo social.
Byron
Estelí, 14 agosto 2018
7:50 a.m.