Acerca
de la Conziencia: Consciencia y conciencia
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🌌 1. Prólogo.
A Helim Josué Picado Juárez,
hijo, interlocutor profundo,
sembrador de palabras vivas.
Existen palabras, que son ideas filosóficas de las cuales
se construyen diversos conceptos, y no siempre se buscan deliberadamente:
aparecen. Tal fue el caso de la palabra Conziencia, un neologismo que no
surgió en un estudio sistemático, ni por una estrategia lingüística
premeditada, sino del diálogo informal íntimo, sereno y profundamente reflexivo
con mi hijo, Helim Josué Picado Juárez.
En el transcurso de esa conversación —centrada en los grandes temas del ser, el estar y el vivir en el mundo—, brotó esta palabra inédita: Conziencia, escrita con “z”. Fue una intuición encarnada, una búsqueda rápida, una grieta deliberada en el lenguaje, por la cual pudiera entrar el silencio.
La “z” en la palabra Conziencia no solo
desestabiliza la norma ortográfica, sino que introduce un desplazamiento
semántico y epistémico-gnoseológico: sugiere una forma de conciencia no
meramente mental, introspectiva o racional, sino también profundamente presencial,
afectiva, meditativa y relacional.
En su sonoridad resuena el eco del Zen, del dhyāna,
de la práctica contemplativa y del estar plenamente en el instante —sin juicio,
sin acumulación conceptual—, con los sentidos despiertos y el corazón abierto.
Se trata de una sabiduría vivencial, no abstracta; una forma de conocimiento
enraizado en la existencia encarnada, como han enseñado figuras centrales del
pensamiento oriental como Buda, Dōgen y Nāgārjuna, entre otros sabios de
diversas tradiciones filosóficas de Oriente y Occidente.
En este sentido, Conziencia se convierte en
una clave hermenéutica, una semilla lingüística y epistémica-gnoseológica, un
núcleo vital que atraviesa y orienta esta propuesta biosófica.
Una sabiduría que se manifiesta sin clausura, sin
apropiación ni arrogancia.
En el corazón de la Biosofía —entendida como
“Sabiduría
de la Vida. Estudio y realización armónica de la vida en sabiduría”; la Conziencia se propone como
cualidad integradora que permite articular dimensiones tradicionalmente
separadas del saber y del vivir:
- vincula
pensamiento y emoción,
- enlaza
saberes ancestrales con experiencias contemporáneas,
- teje
ciencias, artes, espiritualidades, políticas, economías, filosofías y lo
socioambiental en una unidad encarnada.
La Conziencia no busca imponerse como
doctrina ni cerrarse en definiciones taxativas. Más bien, se propone como una actitud
vital, una práctica existencial que se cultiva, se encarna y se
comparte en actos cotidianos: en el suspiro que conecta, en el gesto que cuida,
en el silencio que hospeda.
Es un acto de coevolución conziente, una
apertura al otro sin violencia, una disponibilidad afectiva ante la complejidad
del mundo.
Este libro es un intento de caminar con la mayor
plenitud esa palabra.
No solamente de fijarla ni de explicarla exhaustivamente, sino también de
invitar a su vivencia. De dejarla respirar, como respira una semilla viva en el
humus de la vida compartida.
Se
ofrece una revisión filológica y semántica de los términos consciencia y conciencia,
destacando sus orígenes latinos, sus usos diferenciados en la filosofía, la
psicología y la éticamoral. Se traza un mapa conceptual que evidencia cómo
estos términos han sido utilizados a veces como sinónimos y otras veces como
nociones complementarias, preparando el terreno para una articulación más
profunda entre ambas.
Se
examina, con interpretación flexible, una pequeñísima parte de la obra del
filósofo español Gustavo Bueno M., particularmente su propuesta del
materialismo filosófico, donde conciencia se relaciona con la éticamoral y la
responsabilidad, mientras que consciencia se asocia con la percepción y la
autopercepción. El capítulo analiza cómo estos conceptos operan dentro de una
ontología materialista, conjugándose sin disolverse uno en otro, lo cual ofrece
un marco útil para pensar una síntesis sin caer en simplificaciones dualistas o
espiritualistas.
En “La Conziencia: Consciencia y Conciencia como
Dimensiones Integradas de la Experiencia Humana” se presenta el núcleo
propositivo del libro. Se introduce el concepto de conziencia como
una noción integradora que trasciende la dicotomía clásica entre consciencia
(como darse cuenta) y conciencia (como juicio moral). Se plantea que la
experiencia humana, en su complejidad, requiere una articulación simultánea de
percepción, sentido, éticamoral y presencia. La conziencia es,
en este sentido, un proceso vivo de integración, lucidez y vinculación.
Se
condensa lo abordado previamente para formular una definición operativa y
filosófica de la conziencia. Lejos de una mera fusión terminológica,
se propone entenderla como un modo de habitar el mundo que implica atención
expandida, reflexividad éticamoral y apertura a múltiples planos del saber. Es
una síntesis que no borra diferencias, sino que las armoniza en una comprensión
vital y relacional.
Se
despliega una arquitectura dinámica de la conziencia,
detallando sus distintas capas (desde lo sensorial hasta lo trascendental),
subcapas (como formas específicas de percepción, afecto o juicio), niveles (de
complejidad y profundidad), y subniveles (microprocesos que configuran nuestra
vivencia del mundo). Esta cartografía busca ofrecer herramientas conceptuales y
experienciales para cultivar una conziencia más plena, crítica y conectada.
El
libro concluye con una reflexión abierta sobre las implicaciones prácticas,
éticasmorales y espirituales del camino hacia la conziencia. Más que cerrar, el epílogo invita a
continuar la indagación como una práctica viva.
Que quien se adentre en estas páginas no busque
respuestas herméticas, sino resonancias abiertas en coevolución conziente.
Que no encuentre aquí un sistema cerrado, sino un sendero, una praxis de
integración, una éticamoral del cuidado expandido.
Y que, al final de la lectura, el camino, se pueda
decir —como quien susurra con reverencia ante lo sagrado—:
Estoy aquí, plenamente.
Con la vida.
En Conziencia.
— Byron Javier Picado Molina, DeepSeek y ChatGPT—
Estelí, Huella de Estrellas
6
junio 2025
Año de
la conziencia vivida.
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